MADRID NOS HA DADO UNA LECCIÓN

En el contexto en el que nos movemos, siguiendo como sigo los medios de comunicación a diario, era imposible abstraerse de la elección de la candidatura de los Juegos Olímpicos de 2016, como vulgarmente se dice, hemos tenido Copenhague hasta en la sopa.

Así desde hace varios días no se escuchaba otra cosa que corazonada por aquí y corazonada por allá, (que por cierto me parece un eslogan bastante acertado), hasta que ha llegado el día de la elección definitiva de la sede de los juegos.

Como era de esperar según casi todos los expertos, (lo cual me ha hecho ganar una cena entre los compañeros de trabajo), los juegos se van a Río, con lo que Madrid se queda una vez más a las puertas.

He seguido al minuto en el día de hoy todo el proceso de elección, y la rueda de prensa posterior que ha dado el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón la cual ha sido bastante emotiva.

Esa rueda de prensa me ha hecho pensar, allí estaban los portavoces del PSOE y de IU en el ayuntamiento de Madrid, los cuales se han fundido en un emotivo abrazo con el adversario político con el que se enfrentan todos los días y han recibido del alcalde halagos a título político y personal y es que no han dudado en arropar a Gallardón en un momento tan difícil como el de hoy.

Igualmente han habido palabras muy especiales de agradecimiento por parte del alcalde madrileño al Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky y para el presidente del gobierno Zapatero que pertenecen, como todos sabemos, a un grupo político contrario. Estoy convencido que los madrileños hoy se han sentido orgullosos de su clase política.

En mi modesta opinión ha sido una tremenda lección la que nos han dado hoy al resto de personas que a distintos niveles nos dedicamos de una u otra forma a la política, haciendo un frente común sin fisuras cuando se trata de conseguir algo importante para una ciudad, han demostrado que no hay colores y que las rancias disputas políticas quedan en un segundo plano cuando hay un asunto de verdadera importancia para los ciudadanos.

Muchas veces en todos los niveles hemos pedido ese tipo de frente común ante temas de vital importancia, en cuestiones de un calado capital es necesario no dejar a nadie excluido, es importante que todos remen en la misma dirección y no se produzcan fisuras.

Quién tiene el mando es el que marca las líneas de juego, las directrices, como ha hecho el alcalde de Madrid que no ha excluido absolutamente a nadie y ha intentado agrupar a todos, incluidos los grupos de la oposición de su consistorio, aunar esfuerzos en vez de alimentar opositores, sumar en vez de restar.

Que cunda el ejemplo, el hacer partícipe a todos los grupos en los asuntos vitales para la vida de los pueblos y ciudades es señal de categoría política, de inteligencia y de buen gobernante, las medidas de presión, los desplantes y las exclusiones son signos de un catetismo político propio de otros tiempos en los que la opinión de las personas no valían nada, de otra época que todos repudiamos, pero que de tanto criticarla y tanto nombrarla hay quién corre el riesgo de convertirse en algo muy parecido.