Metidos como estamos de lleno en un proceso de profunda crisis económica vemos como todos los días empresas pequeñas, medianas y grandes cierran sus puertas y dejan en la calle a todos o casi todos sus trabajadores y en algunos casos es incomprensible que se presente suspensión de pagos o expedientes de regulación de empleo.
Sabemos que en el mundo empresarial los sentimientos carecen de valor, que prima por encima de todo los resultados económicos, la rentabilidad, pero todas esas empresas denen entender que tienen una responsabilidad social y que dejar desamparados a todas esas personas es un ejercicio de crueldad.
Venimos de unos años de absoluta bonanza, de un periodo en el que sobre todo en el sector de la construcción los promotores y constructores han ganado muchísimo dinero, y que esa burbuja ha dejado beneficios en otros muchos sectores, practicamente en todos.
Como siempre pasa en todos los ámbitos de la vida, la cuerda se rompe siempre por el lado más débil, el del trabajador, que a diferencia de los empresarios no tiene más capital para responder que sus manos para trabajar, y el perder el trabajo le supone toda una tragedia.
Los poderosos que manejan el dinero, los bancos, son los que tienen la llave para salir del atolladero en el que estamos metidos, el sobre endeudamiento que tiene el españolito de a pie es para preocuparse, las facilidades que dieron años atrás hizo que muchísimos se aventuraran a meterse en préstamos que en aquellos momentos eran factibles de hacerle frente pero que cuando se tuercen las cosas son una soga que les aprieta el cuello.
Que una pequeña o mediana empresa se quede sin trabajo o se reduzca notablemente el volumen de trabajo y se vea abocada a desprenderse de parte de la plantilla es lógico y comprensible ya que se juegan su subsistencia y no tienen fuerza para aguantar una crisis como la actual, pero que grandes empresas nacionales y multinacionales con un patrimonio de muchos millones de euros se aprovechen de la situación para soltar "lastre", y permítanme la expresión, es realmente indignante.
Que empresas que han presentado durante muchos años un balance de beneficios espectacular pasen en pocos meses ha hacer un E.R.E. y dejen a mucha gente en la calle es para montar en cólera, ahora es el momento en el que esos directivos que nunca van a tener problemas para llegar a fin de mes, que esos empresarios que se han forrado hasta las orejas demuestren que tienen algo de corazón e intenten que sus trabajadores, aquellos que les llenaron los bolsillos de dinero, no se queden en la calle teniendo familias a las que alimentar.
Ahora es el momento para que sean solidarios, para que se demuestre que vivimos en una sociedad y un mundo justo, espero que las administraciones miren con lupa a todas esas empresas que hasta en los malos momentos quieren aprovecharse y sacar tajada y no les permitan hacer maniobras que dejen a muchas personas sin trabajo, y es que detrás de cada cifra de parados hay personas con nombre y apellido, con historias que a más de uno nos pondría los pelos de punta.
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