lunes, 29 de diciembre de 2008

QUINTA 80

En todos estos años de fútbol he tenido la oportunidad de entrenar muchísimos chavalines, de todos ellos he aprendido algo y a todos les he intendado dar lo mejor de mis conocimientos, para mí es un orgullo ver como una vez que ya no están en el club y se han convertido en hombres siguen teniendome el mismo aprecio que antes, por supuesto que ese aprecio es recíproco.

He tenido equipos mejores y peores, unos han funcionado mejor y otros peor, pero para mí todos son igualmente importantes, sin embargo hay un grupo que, (quizás por ser el primero), me ha marcado y es del que mejor recuerdo guardo ya que eran los comienzos de todo esto y las cosas las vivia con muchísima intensidad, con menos experiencia pero intensísimamente.

Recuerdo (y espero no dejarme ninguno por detrás, que me perdone), a Domingo Pulido, un chaval que sin tener excesivas condiciones llegó a ser un muy buen portero, recuerdo a José Luis que pasó de ser un suplente habitual a convertirse en un central como la copa de un pino, duro, valiente, luchador, un portento físico.


En la línea defensiva también jugaba Juan Antonio que se ganó varios años el trofeo a la regularidad, central pegajoso, elástico, inteligente, insuperable, entre los dos recuerdo que estuvimos en juveniles más de tres meses sin que nos hicieran gol.

Por delante teníamos mucha calidad, Narci y Antonio Jesús eran dos medioscentros con muchísimo fútbol, con un guante en las botas, Antonio José era el típico jugador genio, capaz de lo mejor y de lo peor, su carácter protestón e inconformista hacían de él un jugador diferente.

Teníamos a Rafi que era el que ponía el trabajo y el oficio en el medio, con poco más de metro y medio de humanidad cogía mucho campo, lo hacía todo bien, un jugadorazo. Por banda jugada Rafael Pichardo, un pulmón al que su excesivo ímpetu le jugaba una mala pasada pero que se entregaba al 200% en cada entrenamiento, en cada balón, todo corazón.



Arriba teníamos mucha calidad, Marco tenía todas las condiciones de un buen delantero, rápido, listo, con calidad, buen tiro y sabiendo elegir muy bien la jugada.

Aparte de estos habían más jugadores que recuerdo con cariño, como Francisco "perete", sevillista como yo que se me ocurrió un día ponerlo de lateral y se destapó como un gran defensa, (¿os acordáis de aquel partido, en Bollullos?). También jugó con nosotros José Antonio "ratón" que tenía un cañón en la pierna izquierda, o Remi que poco a poco fue mejorando y nos dió buenos partidos, o Juanjo que con mucha calidad nunca me terminaba las temporadas y hoy es el único que sigue jugando, o Frai y Andrés jugadores más de futbito que no se terminaron de adaptar al fútbol.

Jugaron dos chavales de Huelva que tenían una casa en la Huerta de la Hambre, Carlos y Gaby, y todavía hoy cada vez que me ven me montan una fiesta, grandes. Y, como no, José Manuel "pichu", la constancia hecha persona, a pesar de sus limitaciones era un fijo a todos los entrenamientos y protagonizó una de las mejores anédoctas al responder en un test que solíamos hacer a los jugadores sobre el funcionamiento del equipo que lo que más le gustaba de su entrenador eran: !sus ojos!, genio y figura.

Recuerdo partidos míticos, como el primer partido jugado por nuestro club en su historia, 5-0 perdimos en Rociana, recuerdo un 0-12 en Villalba, recuerdo los derbys contra Niebla, o el día que hicimos el primer día del club contra el Florida de Huelva en el que metimos más de 500 personas en el Poli y terminamos 2-2.

Otro recuerdo bonito fue un partido que jugamos en Isla Cristina, justo después de que se jugara allí mismo un Isla - Recreativo de profesionales, un partido que remontamos bajo un aguacero y terminamos ganando 2-3.
Eran tiempos en los que los desplazamientos eran cuestión del entrenador, y yo sin coche, cada viernes llamando a mis amigos para que me desplazaran al equipo, todavía no había la implicación de los padres que hay hoy en día, aunque para ser justos, los pocos que seguían al equipo eran fieles, el padre de Juan Antonio, el de Antonio Jesús o el de José Luis eran asiduos acompañantes del equipo, así como Josefa y Remigio, que también solían colaborar.

Ahora que todo es distinto, que el club está totalmente asentado, que tengo infinitamente más experiencia que entonces, pienso que si tuviera que entrenar a este grupo les sacaria mucho más aunque con menos carga emocional que entonces.



Con estas líneas tan sólo quiero devolverles un poquito de todo lo que me dieron, todo lo que viví y aprendí con ellos en el plano futbolístico y humano, todo lo que ha venido después ha sido muy bonito, pero distinto a aquellos tiempos, este es mi pequeño homenaje a todos ellos, me perdieron como entrenador pero me ganaron como amigo para toda la vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin lugar a dudas guardo tambien un gran recuerdo, sobre todo mis primeros años, y es que la quinta del 80 es mucha quinta.
Sirva tambien este comentario como homenaje a manuel garrido, gran entrenador y persona, "aunque a mi nunca me quiso poner de delantero,si lo hubiera hecho creo qu estaria en el madrid o el barça",jajajajajajajaaj.bromas a parte,
FELIZ 2009 Manuel

Anónimo dijo...

bueno garri muchas gracias por acordarte de nosotros,y haber si un dia organizamos algo y kedamos todos los que podamos y echamos un ratillo.soy rafael pichardo

Anónimo dijo...

garri, una vez en aquel tiempo se penso como dice pichardo en quedar para hacer algo , no recuerdo el motivo, pero si que recuerdo la propuesta de narci:"¿por que no hacemos un botellón?" jajaja...
buena propuesta, por supuesto que no se llevo a cabo.
Eso si que eran buenos tiempos!