PÍLDORA DEL DIA DESPUÉS

Tengo que reconocerlo, tengo dos incógnitas en mi mente que me gustaría resolver, adivinar, por un lado la identidad de l@s expert@s que recomiendan a las ministras de sanidad y de igualdad a tomar unas medidas tales como el dejar que las niñas puedan abortar sin permiso paterno o que puedan ir a la farmacia a comprar la píldora del día después sin necesidad de que sea recetada por un médico, sin límite de edad y sin control alguno, supongo que no serán padres ni madres, y también estaría bien saber en qué teorías se basan para semejante disparate.

La otra incógnita que tengo y que me tiene expectante es saber cual va a ser la siguiente medida, puede ser cualquier cosa, porque, no lo dudemos, el transfondo es creernos más modernos que nadie, más liberales que nadie, más abiertos que nadie, más progres que nadie, con más libertad de actuación que nadie, pero con la doble moral de que esa libertad no la tienen los farmacéuticos para poder objetar, es decir, pregono la libertad, pero impongo que se tenga que hacer lo que digo.

Si por un momento nos ponemos en lugar de los jóvenes es fácil pensar que se le están dando todas las facilidades del mundo para tener sexo, es el mensaje subliminal que reciben, si el propio gobierno le quita la autoridad a sus padres y los convierte en meros observadores, en convidados de piedra de algo tan importante como es la salud de sus hijos e hijas, porque no lo olvidemos, es una cuestión de salud.

Nadie va a mirar más por sus hijos que los propios padres y ni un sólo padre o madre, estoy convencido, estará conforme con que su hijo o su hija puedan ir sin prescripción médica a comprar un medicamento que puede tener repercusiones fatales para su salud ni que tengan tan fácil iniciarse en tener relaciones sexuales, si ya de por sí para cualquier padre y madre es complicado asimilar que sus hijos adolescentes puedan tener relaciones sexuales, si encima desde las autoridades se les dan todas las facilidades a los jóvenes, mucho peor.

Si alguien se pone enfermo después de semejante dosis de hormonas, de la que además no sabremos las veces que repite, ¿le echarán entonces la culpa a los farmacéuticos? ¿O la asumirán las ministras?, como es posible que para los antibióticos, diuréticos y otros medicamentos sean necesarias las recetas y para ésto no, es incomprensible.

Ese tipo de medidas supongo que se tomarán habiendo hecho un estudio previo de cómo actúan nuestros jóvenes y la verdad es que desde que se anunció la medida todos los expertos no se cansan de decir que le medida es desproporcionada, que nuestros jóvenes son bastante más responsables que lo que presuponen las señoras ministras y que la medida puede ser contraproducente.

El tema tiene dos interpretaciones una desde un prisma de ciudadano de la calle y otra a nivel político, ahora saldrán los defensores a ultranza del partido socialista a defender la medida y a atacar a todo el que opine en su contra, pero estoy segurísimo que ni uno sólo de ellos aprobaría que una hija suya lo hiciera, yo a nivel político lo veo como un disparate más, además de dos ministerios que tienen poco sentido ya que tienen casi todas sus competencias transferidas en las comunidades autónomas, y a nivel de padre me pongo en el lugar de quién tenga hijos en edad adolescente y entiendo que estén preocupados y sin saber qué postura adoptar.