ARTICULO BONASPORT NOVIEMBRE

Ningún entrenador del mundo tira piedras a su tejado, todos hacen lo que creen lo mejor para su equipo, para ganar los partidos, partamos de esa base. Pero, ¿qué es jugar bien?, la universalidad de este deporte hace que cada concepto, cada matiz del juego sea muy ambiguo y cada uno tendrá su propia definición del "juego bonito". Todos los métodos, todas las formas son respetables y acertadas, ninguna es mejor ni peor que la otra, todas buscan el mismo fin.

Hay entrenadores que hacen de sus equipos máquinas de precisión, todo automatizado,cada pieza con unos movimientos predeterminados, un funcionamiento tipo robot del conjunto de jugadores, el actual entrenador del Recreativo de Huelva, Lucas Alcaraz es buen ejemplo de ello.

Otros entrenadores preparan a sus equipos partiendo de una buena defensa, el amarrar atrás, el vivir tranquilo sin que te hagan daño, sin pasar miedo en tu portería, hacer que pasen los minutos y que el rival se desespere sin poder derribar el muro y llegado ese momento atestarle el golpe definitivo que lo deje KO y derrotarle, cualquier entrenador italiano nos valdría de ejemplo, Fabio Capello lo ha ganado casi todo usando ese método.

También están los virtuosos, los que la adrenalina del riesgo es lo que les alimenta, los que buscan arrollar al rival atosigándolo desde su propio campo, imprimiendo una velocidad endiablada al juego que les haga reducir al rival a la mínima expresión, el Sevilla de Juande Ramos, (no el actual), ganó 5 títulos en 15 meses partiendo de ese estilo de juego.

Luego están los sutiles, aquellos que amagan pero no matan, aquellos que enamoran en el método pero casi nunca terminan por salir victoriosos, amantes de sobar la pelota, de adornar el juego con detallitos poco prácticos pero muy vistosos, convierten el fútbol en pura poesía que les sirve para ganar batallitas pero muy pocas guerras ya que los estudiosos les pillan los engaños y los esperan con un cuchillo entre los dientes los días clave, además las prisas por obtener resultados en poco tiempo va diametralmente en contra de este tipo de entrenador, casi todos están en el paro.

Estas son tan sólo algunas de las formas que hay de interpretar este juego, hay muchas más, cada entrenador adapta su personalidad, su mentalidad al juego y va moldeándolo todo a su gusto.

Todo esto que os cuento viene a colación de que muchas veces en entrenadores de base, incluso aquí entre mis compañeros, veo ciertas incongruencias en ese sentido, hay veces que nos dejamos llevar por aspectos exteriores y no buscamos dentro de nosotros cual es el estilo que nos va, y eso es un error enorme.

Creo que lo primero que debe hacer un entrenador es buscar dentro de sí mismo su estilo, y a partir de ese momento trabajar cada entrenamiento, cada
charla, cada partido, puliendo esa forma de jugar, y por supuesto abstraerse de comentarios externos, y si sus ideas son más pragmáticas que vistosas obviar las críticas, sólo así llegará el éxito, si por el contrario se deja llevar y traiciona sus ideas tiene todas las papeletas para fracasar.
Hay muchas maneras de enamorar al espectador, se puede hacer desde el juego de toque, desde la combinación y la técnica, pero también es posible enamorarlos mediante el esfuerzo, el trabajo, desde el orden, y es que, aunque parezca mentira, al publico también se educa.

Aquí podemos presumir de tener un grupo de personas en el equipo de entrenadores muy comprometidos, con mucha experiencia casi todos, con muchas horas de trabajo a sus espaldas, además se pone a disposición de los entrenadores herramientas muy útiles para hacer un buen trabajo.

Pero, evidentemente cada uno somos de una forma, cada uno encajamos en un estilo o en otro, y eso aunque pueda parecer algo negativo, si lo miramos desde el prisma de la formación del joven futbolista eso es muy positivo, el que toque todos los estilos puede hacer que esa formación sea completa.


(articulo publicado por Manolo Garrido en el periódico Bonasport número 35 del mes de Noviembre)