Buen partido de fútbol el que se vió en la matinal del domingo entre nuestro equipo cadete y el líder de la categoría, el Siempre Alegres palmerino que venía en plan orgulloso y salió escaldado por el juego de nuestros chavales.
El partido comenzó con ellos mucho más metidos en el juego, con más ganas y nosotros que no conseguíamos cojerle el aire al partido, sin chispa ni ritmo éramos un juguete roto en sus manos y el gol visitante no tardó en llegar, pero ese fue el acicate que necesitábamos para cambiar el chip y empezar desde ese mismo momento otro partido.
Realmente hubo dos partidos, uno antes del gol de ellos y otro a partir de ese momento, el mazazo de ir por debajo en el marcador nos hizo reaccionar y empezamos a dar señales de peligro, cada minuto q pasaba ibamos encontrándonos mejor en el campo y en una contra muy bien trenzada Julio finalizó con un tiro que se coló por la escuadra y nos ponía 1-1.
A partir de ese momento y hasta el descanso tuvimos varias ocasiones claras de gol, cada vez más metidos y ellos a cada momento más desdibujados, no obstante no fuimos capaces de marcar y se llegó al descanso con el 1-1 y todo por decidir.
La segunda parte fue muy emocionante, sin hacer un gran juego por nuestra parte, cada contra que hacíamos era de un peligro brutal, y encima en nuestra líena defensiva tanto Julio José como Soheil daban un espetáculo de despejes, cortes y anticipación, espectacular el partido de ambos.
Pudimos haber metido más goles, las llegadas se sucedían, nos sentíamos muy cómodos en el campo y ellos no hacían absolutamente nada, se limitaban a perseguir sombras por el campo mientras que tanto Julio como Manu y Antonio los volvían locos cada vez que llegábamos con el balón controlado a 3/4 de campo.
El partido finalizó con un justo triunfo nuestro, resultado muy corto para los méritos de uno y de otro equipo, y realmente fue una cura de humildad a un equipo que nunca pensaba que iban a perder contra nosotros.
Lamentable fue la actitud de los padres y madres de los niños de La Palma, ya está demostrado que no saben perder, fueron contínuos los insultos, las amenazas y los comentarios despectivos a nuestro club y nuestros jugadores, especialmente un padre totalmente desalmado que no paró de insultarme en todo el partido y al que generosamente dediqué el segundo gol de nuestro equipo y la victoria final y es que la actitud impresentable de este individuo da todavía mejor regusto a haber ganado el partido
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