Dice el refrán que lo que mal empieza, mal acaba, y eso viene al dedo para explicar el partido que nuestro equipo cadete jugó el sábado en Gibraleón.
Sacamos de centro y la jugada terminó en penalty a favor que Antonio tiró muy mal a las manos del portero, era el presagio de todo lo que vino después.
Realmente fuimos todo el partido por delante en el marcador, empezamos 0-1, en un error garrafal de nuestra defensa nos empatan y volvemos a ponernos por delante con un golazo de Manuel Sebastián, creábamos bastante peligro y se veía una superioridad manifesta por nuestra parte en el juego.
Pero a poco de llegar al descanso un balón que se le escapa al portero Dani y nos hacen el 2-2, increible pero cierto.
En la segunda parte más de lo mismo, el juego era nuestro, las ocasiones, pero cada vez que nos poníamos por delante, inmediatamente después un error atrás nos costaba el empate, así sucedió en el 2-3, en el 3-4 hasta que con 4-4 nos metimos en los últimos 5 minutos.
El partido estaba roto, ellos con balonazos y nosotros a la contra, cualquiera podía marcar, tuvimos un par de ocasiones muy claras hasta que Antonio Martín hizo el 4-5 a falta de 2 minutos, e incluso un minuto más tarde pudimos haber sentenciado, pero no fue así.
En tiempo añadido una falta que sacan ellos desde la línea de centro del campo y se cuela en nuestra portería, increible pero cierto, después de haber hecho todo para ganar nos empataban con el tiempo acabado.
Pero todavía fue peor, en la jugada siguiente al saque de centro nuestro, otra falta en mediocampo,(literalmente en el círculo central), y el mismo jugador que vuelve a romper el balón que se vuelve a colar en nuestra portería, el partido se había perdido.
Ahora todo puede ser excusa, el ir con 5 infantiles, las ocasiones falladas, el que la última falta fuese indirecta, pero lo cierto es que se perdió un partido ante un equipo inferior y punto.
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